Fallece Ion Beitia, maestro de ballet

Ion Beitia (1947-2016)

Apodado el ‘Nijinsky vasco’ en su etapa de bailarín en Nueva York, destacó en la docencia, a la que se consagró durante tres décadas

IRATXE DE ARANTZIBIA/ EL CORREO

El reconocido profesor de danza Ion Beitia (1947) falleció el pasado miércoles, a consecuencia de un fulminante cáncer, a la edad de 69 años. Rodeado de su mujer, Marian Fernández, y de sus tres hijos, el óbito se produjo en Barcelona y ha cogido por sorpresa al mundo de la danza en Euskadi. La noticia trascendió a través de las redes sociales, que se atestaron de mensajes de condolencia de antiguos alumnos, como Jaione Zabala, actual maestra de ballet de la Ópera de Graz, en Viena, quien reconoció que Beitia «me enseñó a manejar los obstáculos, trabajando duro y nunca rindiéndose. ¡Era único e inigualable!».

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Ion Beitia, impartiendo una clase. © Jordi Alemany/ EL CORREO

 

Entrevista a Alicia Alonso

Alicia Alonso en «Giselle»

«La danza no agoniza, ustedes no pueden dejar de bailar»

«No creo que la danza agonice en España»

IRATXE DE ARANTZIBIA/ EL DIARIO VASCO y EL CORREO

Alicia Alonso (La Habana, 1920) encarna a la perfección el papel de leyenda del ballet de una época pretérita. Todos los minúsculos detalles de su vida y relación con arte danzado adquieren carácter de legendario: desde su primer contacto con el baile español y las castañuelas en Jerez de la Frontera a la edad de ocho años, hasta su debut en 1943, en el Metropolitan de Nueva York, como protagonista en el rol de su carrera, ‘Giselle’, por enfermedad de otra Alicia, ‘la Markova’, compañera del Ballet Theatre, o un lustro más tarde, su indiscutible empuje en la fundación del actualmente denominado Ballet Nacional de Cuba (BNC), para el que contó con los hermanos Fernando –su primer marido- y Alberto Alonso. Las adversidades no arredraron a la artista. A punto de cumplir 21 años, sufrió un desprendimiento de retina de ambos ojos que le obligó a una larga convalecencia de diez meses. El triunfo de la revolución de Fidel Castro trajo consigo el retorno de Alicia Alonso a Cuba. Ese 1959 fue nombrada Prima Ballerina Assoluta, “un raro honor reservado a excepcionales primeras bailarinas que han obtenido el éxito y la aclamación internacional”.

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